Los Autobronceadores: Moreno sin riesgos
Lucir un bonito bronceado requiere tiempo, dinero y sol. Todo esto sin tener en cuenta que la radiación solar puede hacer proliferar las temidas arrugas y generar manchas en la piel. Los autobronceadores nos permiten lucir un bronceado dorado y por tanto un vestuario más estival. Entonces ¿Por qué no recurrir a ellos para lucir un aspecto mucho más saludable?
El autobronceador es un producto que tiene la capacidad de cambiar el tono de la piel en pocos minutos mediante una reacción química superficial diferente al proceso de bronceado natural. Algunos llevan un principio activo, el DHA (dihidroxiacetena), que es un derivado de la caña de azúcar y que produce una reacción con la queratina de la piel y le da un color dorado a los aminoácidos de las capas más superficiales de la epidermis. Este bronceado, para que sea óptimo, debe ser aplicado en nuestra piel después de una correcta exfoliación corporal con un peeling o guante de crin que nos libere de todas las células muertas de nuestra capa cornea. Posteriormente debemos aplicarnos de forma generosa una buena
hidratación, y una vez que la piel ya está lista podemos aplicar entonces, de forma ordenada, el autobronceador en toda la zona que queremos cubrir, escote, brazos, piernas, rostro... Etc. Con mucho cuidado la aplicaremos en rodillas y codos, zonas muy queratósicas y secas que tienden a oscurecer, por ello en estas áreas debemos poner poco producto. Posteriormente debemos lavarnos las manos para evitar la tinción de las mismas y esperar un par de horas para ver el resultado final. Si la aplicación ha sido correcta el resultado obtenido será de nuestro agrado, si queremos intensificar el color repetiremos la aplicación.